Si alguna vez has necesitado el servicio de unos cerrajeros en Santiago de Compostela, tal vez mientras esperabas a que, por ejemplo, abrieran tu casa, te hayas preguntado de dónde viene la idea de cerrar las puertas con llave.
El origen de la cerradura moderna son los pasadores horizontales de madera aplicados a la puerta por su parte posterior. El pasador se deslizaba por una guía y se encajaba en un agujero en el hueco de la puerta. Para accionar el mecanismo desde fuera, se usaba una pieza larga de metal que se introducía por una pequeña apertura que levantaba la cuña que impedía al pasador deslizarse. Esta es la primera llave rudimentaria que se conoce. Desde luego, los cerrajeros en Santiago de Compostela ha evolucionado mucho hasta los actuales servicios de apertura de puertas.
Se cree que los primeros en usar este tipo de mecanismos para evitar que los extraños entrasen donde no debían fueron los chinos o los egipcios. Después, el invento se dispersó rápidamente por la actual Siria y Grecia. Cada cultura no solamente copiaba esta incipiente tecnología, sino que añadía mejoras para hacerla más segura. Los egipcios aumentaron la cantidad de cuñas. Después, los romanos, expertos en reciclar y mejorar toda clase de invenciones, se basaron en el pasador egipcio pero usando uno más pequeño de bronce, y presionando las clavijas a través de resortes. Fue pues en la antigua Roma donde se inventó la vuelta de llave.
Durante la Edad Media, las cerraduras siguieron evolucionando, y como tantas otras comodidades, el tipo de cerradura dependía de la clase social. Las más sofisticadas (y, por lo tanto, más seguras) estaban hechas en hierro, y eran exclusivas de los más ricos, que las buscaban cuanto más grandes y vistosas, mejor. Las personas de clase más humilde se tenían que conformar con las de madera.
Ya ves que los cerrajeros llevan siglos trabajando, y en Cerrajería Conxo llevamos años dedicados a tu seguridad. No dudes en acudir a nosotros siempre que lo necesites.