La del cerrajero es una de las profesiones más antiguas y ello se fundamenta en que hubo un tiempo en que se asimilaba a la profesión de forjador. En cerrajerías en Santiago nos mueve esta profesión y nos gustaría explicarte en este post el origen de este bonito oficio y su evolución.

Cerrajero viene del latín serrare, que significa cerrar. El inicio de esta profesión la encontramos en los trabajadores de la foja, que fabricaban ornamentos para los portones de la antigüedad, pero el origen de la cerradura como tal tenemos que buscarla mucho antes, ya que se atribuye a los chinos y luego a los egipcios, asirios y griegos.

Pero fueron los romanos los ideólogos del sistema "vuelta de llave", responsable de la mayoría de cerrojos de las cerrajerías en Santiago. Fue en la edad media cuando se ideó el pestillo y cuando se fabricaron llaves y cerrojos con ornamentos que les hiciese parecer elegantes para la nobleza, la única casta que podía permitirse cerrojos de metal (el campesinado tenía que contentarse con cerrojos hechos de madera).

El cerrajero fue separándose de las tareas del forjador para convertirse en un auténtico especialista de su profesión, cuyo cometido era evitar ataques y robos. En España existieron los cerrajeros reales, verdaderos ingenieros de la seguridad de la realeza que prestaban juramento para no dar copias de llaves a nadie ajeno a cierta servidumbre de confianza, bajo pena de muerte.

En la actualidad, la cerrajería ya no es solo una profesión que los hijos aprendan de sus padres, como si fueran alquimistas de la seguridad que no pudieran revelar su secreto, sino que existen academias de cerrajería y manuales que explican cómo abrir puertas sencillas. Lo que sí te decimos desde la Cerrajería Conxo es que, afortunadamente, los sistemas de cierre se han ido complicando mucho como para que cualquiera pueda acceder a ellos.​